OPINIÓN | AGOSTO: EL MES DE LA NIÑEZ Y EL FUTURO DEL MUNDO

Agosto, que durante mucho tiempo fue conocido como el "Mes del Niño", hoy se presenta bajo una nueva mirada: el "Mes de la Niñez" o "Mes de la Infancia". Un cambio que, más allá de una cuestión terminológica, implica una reflexión profunda sobre la importancia de los niños en el mundo.

Este mes nos invita a pensar en los niños como lo que verdaderamente son: el presente y el futuro de nuestras sociedades. No son simplemente pequeños seres a los que hay que proteger, sino individuos con derechos, con voces que, aunque a veces son susurrantes, nos dicen mucho sobre la sociedad que estamos construyendo para ellos y con ellos.

Los niños representan la posibilidad de un mundo mejor. En sus miradas se encuentran los sueños más puros, la esperanza sin reservas, y una creatividad sin límites. Pero también, en ellos se reflejan nuestras propias acciones y decisiones como adultos. Cada niño que crece sin acceso a la educación, sin un entorno seguro, sin amor, es un llamado de atención para repensar nuestras prioridades.

Agosto, en su nueva denominación, nos recuerda que la niñez no es un periodo en el que simplemente se juega, se aprende a leer y escribir, o se comienza a forjar un carácter. Es el tiempo en que se siembran los valores que sostendrán al mundo mañana. ¿Cómo estamos cultivando esa semilla? ¿Estamos ofreciendo el suelo fértil de la igualdad, la justicia y la empatía?

El “Mes de la Niñez” es un llamado a la acción. Es un mes para revalorizar la infancia, no como una etapa de inocencia pasajera, sino como el cimiento sobre el cual edificaremos el futuro. Celebremos entonces a nuestros niños no solo con regalos y festejos, sino con un compromiso renovado hacia su bienestar, sus derechos y su felicidad.

En cada niño, en cada risa, en cada lágrima, se encuentra el reflejo de lo que somos como humanidad. Que agosto, con su nueva denominación, nos haga recordar que el cuidado de la niñez es el cuidado del mundo mismo...

P.F