HABLAR SALVA VIDAS: NO CALLES, ACOMPAÑÁ, ACTÚÁ
Cada 10 de septiembre el mundo detiene su marcha para recordarnos una verdad dolorosa pero impostergable: el suicidio es una de las principales causas de muerte evitable en la actualidad. Y lo es, sobre todo, entre nuestros jóvenes.
La fecha no es un simple recordatorio en el calendario; es una invitación urgente a mirar de frente una realidad que muchas veces preferimos callar. El silencio, en estos casos, puede ser cómplice. Hablar, en cambio, abre caminos de contención, de acompañamiento y, sobre todo, de esperanza.
En San Roque y en cada rincón de Corrientes, la prevención del suicidio debe asumirse como un compromiso colectivo. No alcanza con el esfuerzo de profesionales de la salud: es necesario que las familias, las escuelas, las instituciones y la comunidad entera se involucren. La escucha atenta, el abrazo oportuno, la palabra que llega a tiempo pueden ser decisivos.
Este día nos recuerda que nadie debería sentirse solo frente a su dolor. Que pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino de valentía. Que ofrecerla, en cambio, es un gesto de humanidad que nos engrandece como sociedad.
La memoria de quienes ya no están nos duele y nos interpela. Pero también nos impulsa a redoblar los esfuerzos para que la prevención sea real, para que el acompañamiento sea efectivo, para que cada vida sea cuidada.
Hoy, más que nunca, reafirmamos que la prevención del suicidio no es tarea de unos pocos: es responsabilidad de todos. Porque cuando hablamos, escuchamos y tendemos la mano, estamos salvando vidas.






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