“GRACIAS, PADRE HORACIO, POR CAMINAR JUNTO A TU PUEBLO”

“GRACIAS, PADRE HORACIO, POR CAMINAR JUNTO A TU PUEBLO”

Nelson Horacio Da Silva, más conocido, entre nosotros, simplemente como el Padre Horacio, ha sido durante los últimos cinco años el pastor de nuestra querida Parroquia San Roque de Montpellier. Allá por 2020, en medio del silencio de la pandemia, llegaba a este pueblo golpeado por las restricciones, con barbijos en los rostros y miedo en los corazones. Pero también con fe, esa fe que él supo alimentar y acompañar desde el primer día.

Muchos lo recordamos por aquel video grabado frente al museo, cuando se presentó por primera vez como el nuevo guía espiritual de nuestro pueblo. Era un tiempo extraño, donde las pantallas reemplazaban los abrazos y las misas se seguían desde los teléfonos. Y, sin embargo, él encontró la forma de llegar.

Su primer gesto fue profundo, sacó la imagen del San Roque peregrino y la llevó por cada barrio, por cada calle, bendiciendo hogares, miradas y corazones. Aquella decisión fue más que simbólica. Fue una caricia espiritual para una comunidad herida. Fue también un mensaje claro; la Iglesia camina junto a su pueblo.

Durante estos cinco años no se quedó quieto. Supo utilizar los medios de comunicación para multiplicar su mensaje y extender su presencia. Luchó sin temor contra flagelos que duelen, como las drogas. Encabezó marchas, levantó la voz, incomodó cuando había que incomodar. Fue también un férreo defensor del descanso y la tranquilidad, enfrentándose a los ruidos molestos y las maniobras imprudentes de motos, buscando una comunidad más sana, más serena.

Para algunos su tiempo fue breve, especialmente si se lo compara con otros sacerdotes que nos acompañaron durante décadas. Pero el paso del Padre Horacio no fue superficial, sembró palabras, actitudes, gestos. Tal vez no todos lo comprendieron o quizás le faltó tiempo para cosechar más. Sin embargo, no se va en silencio. Se va con una huella marcada.

Amó (ama) a los perros, como buen seguidor de San Roque, ese santo peregrino que también eligió la compañía de los más fieles. Tal vez esa imagen, la del cura caminando con sus perros, con paso sereno, saludando a los vecinos, o ingresando a la iglesia, quede grabada en la memoria colectiva del pueblo.

San Roque, Hoy, despide a su sacerdote. Un hombre con convicciones, con pasiones, con defectos y virtudes, como todos nosotros, pero con una vocación auténtica. Se va un pastor que, aunque no lo sepamos aún, dejó más de lo que parece.

¡Gracias, Padre Horacio! Por caminar con nosotros. Por mirar a los ojos. Por rezar, por escuchar, por decir lo que muchos callaban. Por bendecir cada calle y cada alma. Que la próxima etapa de tu camino esté llena de paz… y de perros buenos que te sigan fieles, como lo hiciste vos con San Roque.