DOMINGO DE RAMOS: LA ESPERANZA EN UNA PALMA

DOMINGO DE RAMOS: LA ESPERANZA EN UNA PALMA

El deseo de un pueblo que, como hace más de dos mil años, sigue esperando al Salvador.

Cada año, cuando el calendario marca el Domingo de Ramos, los caminos de la fe, para los católicos, se llenan de verdes esperanzas. Las manos, jóvenes y arrugadas, levantan ramos de palma o de olivo como quien ofrece el corazón. Y en cada gesto hay algo más profundo; el deseo de un pueblo que, como hace más de dos mil años, sigue esperando al Salvador.

Este día no es solo una tradición. Es memoria viva. Es la entrada de Jesús en Jerusalén, montado en un burro, recibido con vítores y palmas, mientras el pueblo gritaba: "¡Hosanna!" Pero también es el anticipo del dolor, del abandono, de la cruz.     

  

El mismo pueblo que lo aclama, días después lo verá sufrir. Y, aun así, Él no cambia su camino.

Domingo de Ramos es eso, la contradicción humana y el amor de Dios. Es una celebración que nos interpela, que nos pregunta con delicadeza: ¿qué tipo de fe tengo yo? ¿Soy de los que agitan el ramo solo cuando todo va bien, o también cuando hay silencio y cruz?

En nuestro pueblo, en nuestra comunidad, en medio de las calles y veredas de la ciudad, este domingo se siente distinto. Hay un aire que huele a nuestra iglesia, a la misa cuando suenan las campanas, a ramos bendecidos que adornan las casas o los que se colocan detrás de una estampita. Y aunque el mundo parezca girar sin freno, hay quienes se detienen, respiran hondo y renuevan su fe con un ramito en la mano.

Hoy, más que nunca, necesitamos ese gesto sencillo. Porque en tiempos de violencia, de incertidumbre, de cansancio, de corazones partidos… levantar un ramo sigue siendo un acto de resistencia, una manera de decir: “Creo, espero, confío”.

Que este Domingo de Ramos nos devuelva el sentido del amor que se entrega sin condiciones. Que nos ayude a caminar esta Semana Santa con la mirada puesta en lo esencial. Y que, al igual que aquel pueblo de Jerusalén, podamos decir con el alma: "¡Bendito el que viene en nombre del Señor!"